TERRENO EN POK-TA-POK

Es difícil minimizar las virtudes de esta opción. Su frente, perfilado al sureste, enmarca una sección del ancestral sistema lagunar Nichupté y el mar Caribe abierto, mediando entre estos la icónica barra litoral trazada por el icónico boulevard Kukulcán.

Situado en el plácido barrio de Pok Ta Pok frente a la Laguna Bojórquez, la ubicación de este terreno trapezoide cuenta con la infrecuente gracia de abarcar un espacio con la nostálgica serenidad de un Cancún de recuerdos; toda vez que también existe como un “asiento de primera fila” ante el festivo espectáculo viviente de la llamada Zona Hotelera, que queda enmarcado en el extremo oriente de la pequeña laguna que tranquilamente remoja sus orillas.

Esta propiedad es una de las últimas en la Zona Hotelera que goza del codiciado uso de suelo TH (Turístico Hotelero), presto para el visionario ávido por hacer realidad un proyecto distinto a lo convencional y asegurar su legado en el cuadrante más emblemático de Cancún.

Reconocido entre locales como una especie de oasis de paz cotidiano entre el bullicio y faro, el nombre de Pok Ta Pok refleja el peculiar maridaje entre la ligereza de ánimo de sus vecinos y su reverencia por el carácter histórico maya de este recoveco en la laguna.

Los restos de dos relicarios mayas prehispánicos situados en este barrio (y que hoy aun yacen como testimonio de otra era) naturalmente atrajo la atención de arqueólogos de campo quienes, ante la necesidad de designar un nombre al sitio a finales de los años 1970, se inspiraron en el aledaño campo de golf diseñado por el renombrado Robert Trent Jones, Jr. para nombrar este acogedor recoveco acorde al juego ceremonial de la pelota conocido como “pokol pok” en el idioma maya yucateco.